Con más de 20 años de experiencia, Kallmar ha sabido mantener la filosofía y manera de trabajar de sus orígenes como ebanistería: piezas artesanales y personalizadas, fabricadas concienzuda y mimosamente por y para alguien, dando así respuesta a las diferentes necesidades de los usuarios y optimizando la calidad del producto al máximo. Una manera de trabajar que ha convertido al pequeño taller navarro en una empresa consolidada en el mercado nacional actual, en la que el rigor y el compromiso son el principal ingrediente.